La paz es la tranquilidad del orden
Están agobiadas con los problemas y las diferentes situaciones del día a día, y ese cansancio las tiene extenuadas. Acuden a mí con la esperanza de que las ayude a conseguir un estado de equilibrio y calma. La primera desilusión que experimentan es que esa paz tan ansiada no se obtiene de otros, sino que se encuentra dentro de ellos mismos. Justo por este motivo no se las puedo proporcionar, aunque sí puedo ayudarlas a encontrarla.
Aquí cobra sentido la frase con la que titulé esta entrada: “la paz es la tranquilidad en el orden”. No es mía, es de San Agustín, quien la declaraba haciendo referencia a que la verdadera paz está en que cada cosa y cada persona ocupe el lugar que le corresponde, priorizando lo más importante.
Con esto queda claro que las personas, para obtener la ansiada paz, deben ponerse manos a la obra con el orden en sus vidas: orden de sus cosas materiales, horarios, responsabilidades, trato con las personas, emociones, decisiones, ideas, relaciones, sueños, finanzas y todo aquello que tenga relación con su vida diaria a corto y largo plazo. El orden es clave y para alcanzarlo se requiere tiempo y voluntad, dos aspectos con los que todos contamos, aunque a veces, debido al desorden de nuestras vidas, parezca que se nos escapan, junto con la paz.
Solo a partir de ese orden global podremos priorizar aquellas cosas y situaciones por orden de importancia, y así obtener la paz que tanto buscamos, la cual, al perseguirla desenfrenadamente, la perdemos por falta de claridad y orden.
Como recomendación general, es más fácil empezar por el orden material de nuestras cosas para luego abordar el orden de todo aquello que habita en nuestro interior y que requiere tiempos de reflexión para ser evaluado y puesto en su lugar.
Desconectar para conectar, ordenar, recalcular, priorizar y dirigir la brújula hacia la paz verdadera, aquella que brota del interior al exterior."